Prevención. ¿ Qué son los sesgos cognitivos y por qué afectan al cuidado de nuestra salud?
Cuidado con ellos, podrían llevarte a desiciones equivocadas
Un sesgo cognitivo es como un atajo en nuestro pensamiento que puede llevarnos a cometer errores sin que nos demos cuenta. Nuestro cerebro a veces toma decisiones rápidas basadas en patrones o suposiciones, en lugar de analizar toda la información de manera precisa. Es un poco como cuando nuestro cerebro "lee" palabras que están mal escritas porque se parecen a palabras reales. Estos sesgos pueden hacer que veamos las cosas de manera diferente a como realmente son, lo que puede afectar nuestras decisiones y opiniones.
Técnicamente los sesgos cognitivos son patrones sistemáticos de pensamiento que pueden llevar a desviaciones sistemáticas de la racionalidad o la objetividad en el procesamiento de información. Estos sesgos pueden influir en cómo percibimos, interpretamos y recordamos la información, y a menudo ocurren de manera inconsciente. Los sesgos cognitivos pueden afectar nuestras decisiones y juicios en una variedad de situaciones, incluido el cuidado de nuestra salud.
- Sesgo de confirmación: Las personas tienen una tendencia a buscar, interpretar y recordar la información de manera que confirme sus creencias preexistentes. En el contexto de la salud, esto podría llevar a descartar información que contradiga nuestras creencias sobre ciertos tratamientos o estilos de vida saludables, lo que podría resultar en decisiones inapropiadas.
- Efecto de anclaje: Las personas a menudo se basan en la primera pieza de información que reciben al tomar decisiones, y esto puede sesgar sus juicios posteriores. Por ejemplo, si un médico menciona una cifra específica de probabilidad de efectos secundarios de un medicamento, esa cifra puede anclar el juicio del paciente y afectar su percepción de riesgo.
- Sesgo de disponibilidad: Este sesgo se refiere a la tendencia de dar más peso a la información que es más fácilmente accesible en nuestra memoria. Si recordamos casos de enfermedades graves en personas jóvenes, podríamos sobreestimar la probabilidad de que eso ocurra, aunque estadísticamente sea poco común.
- Sesgo de optimismo: Las personas a menudo tienden a sobreestimar las probabilidades de que les vaya bien y subestiman las probabilidades de que les vaya mal. Esto puede llevar a una percepción errónea de riesgos y a comportamientos descuidados en relación con la salud.
- Sesgo de status quo: Las personas tienden a preferir mantener su situación actual en lugar de hacer cambios, incluso si esos cambios serían beneficiosos para su salud. Esto puede evitar que las personas adopten hábitos más saludables debido a la resistencia al cambio.
- Sesgo de aversión a la pérdida: Las personas tienden a dar más peso a evitar pérdidas que a obtener ganancias equivalentes. Esto podría hacer que las personas sean más propensas a evitar exámenes médicos que podrían identificar problemas de salud, ya que temen los resultados negativos.
Estos son solo algunos ejemplos de cómo los sesgos cognitivos pueden influir en nuestras decisiones relacionadas con la salud. Reconocer la existencia de estos sesgos y ser conscientes de cómo pueden afectar nuestras elecciones es un paso importante para tomar decisiones más informadas y saludables. En el contexto médico, tanto los pacientes como los profesionales de la salud deben ser conscientes de estos sesgos y trabajar juntos para minimizar sus efectos negativos en la toma de decisiones relacionadas con la salud.
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