Diagnóstico ¿Cómo se diagnostica la demencia, síntomas, otras pruebas, avances y que pruebas de imagen se necesitan?
La demencia hace referencia a un grupo de síntomas que afectan la memoria, el razonamiento y las habilidades sociales, y que interfieren con la vida cotidiana. La demencia es un diagnóstico médico habitual y comprende distintos subtipos. Esto incluye al mal de Alzheimer, la demencia frontotemporal (que se produce cuando se pierden las células nerviosas de los lóbulos frontal y temporal del cerebro), la enfermedad con cuerpos de Lewy (demencia progresiva de los depósitos de proteína en las células nerviosas del cerebro), demencia vascular (provocada por una falta de flujo sanguíneo en una parte del cerebro) o mezcla de demencias.
Los síntomas pueden variar según el tipo de demencia y la etapa de la enfermedad, pero aquí hay algunos síntomas comunes asociados con la demencia:
Pérdida de memoria: Uno de los síntomas más distintivos de la demencia es la dificultad para recordar información reciente, como nombres, fechas, eventos recientes y conversaciones.
Dificultades en la comunicación: Las personas con demencia pueden experimentar problemas para encontrar las palabras adecuadas, expresar sus pensamientos de manera coherente o comprender el lenguaje.
Desorientación en el tiempo y el lugar: Las personas con demencia pueden perder la noción del tiempo, la fecha o su ubicación actual. Pueden tener dificultades para reconocer lugares familiares.
Dificultades en la resolución de problemas: Las habilidades cognitivas para planificar, tomar decisiones y resolver problemas pueden deteriorarse en personas con demencia.
Cambios en el juicio y toma de decisiones: Las personas con demencia pueden tener dificultades para tomar decisiones racionales y pueden tomar decisiones impulsivas o inapropiadas.
Dificultades en las actividades cotidianas: Realizar tareas cotidianas simples, como vestirse, cocinar o manejar el dinero, puede volverse complicado para las personas con demencia.
Cambios en el comportamiento y la personalidad: Los cambios en la personalidad y el comportamiento son comunes en la demencia. Esto puede incluir agitación, irritabilidad, apatía, depresión y ansiedad.
Pérdida de iniciativa: Las personas con demencia pueden perder interés en actividades que solían disfrutar y pueden tener dificultades para comenzar nuevas tareas.
Problemas de reconocimiento visual y espacial: La demencia puede afectar la capacidad para reconocer objetos, caras y patrones espaciales, lo que puede llevar a problemas de percepción.
Incapacidad para seguir instrucciones complejas: Las personas con demencia pueden tener dificultades para comprender y seguir instrucciones detalladas.
El diagnóstico de la demencia implica una evaluación integral que incluye varios pasos y pruebas de imagen, en función de la información recopilada y de la sospecha clínica. Las pruebas de imagen no son definitivas para diagnosticar la demencia, pero pueden ayudar a descartar otras causas de los síntomas y a identificar cambios en el cerebro que son consistentes con la enfermedad. Algunas de las pruebas de imagen comunes utilizadas en el diagnóstico de la demencia son:
- Resonancia Magnética (RM): La resonancia magnética es una técnica que utiliza campos magnéticos y ondas de radio para crear imágenes detalladas del cerebro. Una RM puede revelar cambios estructurales en el cerebro, como atrofia (reducción del tamaño de las estructuras cerebrales), lesiones, tumores u otras anormalidades que podrían estar relacionadas con la demencia. También puede proporcionar información sobre la circulación sanguínea cerebral y la distribución de la materia blanca y gris en el cerebro.
- Tomografía Computarizada (TC): La tomografía computarizada es una técnica de imagen que utiliza rayos X para generar imágenes transversales del cerebro. Si bien la TC no proporciona la misma claridad en detalles anatómicos como la RM, puede ayudar a detectar cambios en las estructuras cerebrales y descartar otras afecciones, como tumores o hemorragias.
- Tomografía por Emisión de Positrones (PET): La PET es una técnica que involucra la administración de una pequeña cantidad de una sustancia radiactiva llamada marcador a través de una vena. Esta sustancia se acumula en áreas del cerebro con alta actividad metabólica. La PET puede mostrar patrones característicos de acumulación de marcadores en personas con ciertos tipos de demencia, como la enfermedad de Alzheimer. Esto puede ayudar a diferenciar entre diferentes tipos de demencia.
- Tomografía por Emisión de Fotón Único (SPECT): Al igual que la PET, la SPECT es una técnica de imagen funcional que utiliza trazadores radiactivos para evaluar la circulación sanguínea cerebral y el metabolismo. También puede proporcionar información sobre la función cerebral y patrones de actividad en diferentes áreas del cerebro.
Además de las pruebas de imagen, existen otros estudios y análisis que pueden ser útiles en la evaluación y diagnóstico de la demencia. Estos estudios ayudan a descartar otras posibles causas de los síntomas y a proporcionar una visión más completa de la condición del paciente. Algunos de estos estudios incluyen:
Análisis de sangre: Los análisis de sangre pueden proporcionar información sobre la salud general del paciente y ayudar a descartar otras afecciones médicas que puedan estar causando síntomas similares a los de la demencia. Por ejemplo, se pueden medir los niveles de vitaminas, hormonas tiroideas, azúcar en sangre y función hepática.
Pruebas neuropsicológicas: Estas pruebas evalúan diversas funciones cognitivas, como la memoria, la atención, el lenguaje y las habilidades de resolución de problemas. Los resultados de estas pruebas pueden ayudar a caracterizar el perfil cognitivo del paciente y a determinar el grado de deterioro.
Examen neurológico: Un examen neurológico exhaustivo puede revelar signos específicos que podrían estar relacionados con ciertos tipos de demencia. Por ejemplo, en la enfermedad de Parkinson con demencia, pueden observarse síntomas motores característicos, como temblores y rigidez.
Historial médico y entrevista: Obtener una historia médica completa y realizar entrevistas con el paciente y los familiares es esencial para comprender la duración, la progresión y la naturaleza de los síntomas. Esta información puede ayudar a diferenciar entre diferentes tipos de demencia y a identificar factores desencadenantes.
Evaluación psiquiátrica: En algunos casos, puede ser necesario realizar una evaluación psiquiátrica para descartar trastornos psiquiátricos que puedan contribuir a los síntomas o imitar la demencia.
Diagnóstico genético: En ciertos tipos de demencia hereditaria, como la enfermedad de Alzheimer de inicio temprano, se pueden realizar pruebas genéticas para detectar mutaciones genéticas específicas que puedan estar asociadas con la enfermedad.
Estudios de líquido cefalorraquídeo: En algunos casos, se puede realizar una punción lumbar para analizar el líquido cefalorraquídeo. Esto puede ayudar a detectar biomarcadores asociados con ciertos tipos de demencia, como la enfermedad de Alzheimer.
Electroencefalograma (EEG): Un EEG mide la actividad eléctrica del cerebro. Puede ser útil para evaluar patrones anormales de actividad cerebral y para distinguir entre diferentes tipos de demencia.
Los tratamientos para la demencia se basan en el tipo de demencia y los síntomas específicos que presenta el paciente. Algunos de los enfoques comunes de tratamiento incluyen:
Tratamientos farmacológicos: Algunos medicamentos pueden ayudar a controlar los síntomas de la demencia, aunque no pueden revertir el proceso subyacente. Por ejemplo, en el caso de la enfermedad de Alzheimer, se pueden recetar inhibidores de la colinesterasa (como donepezilo, rivastigmina y galantamina) para mejorar temporalmente la función cognitiva y la memoria. También se pueden usar medicamentos para tratar los síntomas conductuales y psicológicos de la demencia, como la depresión y la agitación.
Terapias no farmacológicas: Estas terapias se centran en la mejora de la calidad de vida del paciente y en la gestión de los síntomas. Incluyen terapias ocupacionales, terapias de reminiscencia, terapias de estimulación cognitiva y programas de ejercicios físicos y mentales.
Modificaciones en el estilo de vida: Mantener un estilo de vida saludable puede ayudar a retrasar la progresión de la demencia. Esto incluye una dieta balanceada, actividad física regular, una buena gestión del estrés y la estimulación mental a través de actividades como la lectura, la escritura y los rompecabezas.
Apoyo para cuidadores: Los cuidadores desempeñan un papel crucial en el manejo de la demencia. Ofrecerles apoyo emocional, educación sobre la enfermedad y recursos para cuidar adecuadamente al paciente puede mejorar la calidad de vida de todos los involucrados.
Investigación clínica: En algunos casos, los pacientes pueden ser elegibles para participar en ensayos clínicos que investigan tratamientos y terapias experimentales para la demencia. Esto puede ser una opción para acceder a tratamientos potencialmente innovadores.
Ultimas investigaciones:
Avances en los fármacos para tratar el Alzheimer
Lecanemab
Lecanemab es un anticuerpo que se une de forma selectiva a protofibrillas de beta-amiloide y que está en investigación para el tratamiento del deterioro cognitivo leve y la demencia leve a causa de la enfermedad de Alzheimer.
- En enero de 2023 recibió la aprobación del organismo de Estados Unidos responsable de la regulación de medicamentos (FDA).
- La Agencia Europea de Medicamentos (EMA) ha comenzado el proceso de revisión para su autorización en Europa.
Donanemab
Donanemab es un anticuerpo monoclonal que reconoce una forma de la proteína beta amiloide que se encuentra agregada en las placas de amiloide depositadas.
- Actualmente hay en marcha cuatro ensayos clínicos en fase III con este fármaco.
- En junio de 2021, la FDA concedió a donanemab la designación Breakthrough Therapy para acelerar su desarrollo y evaluación.
Ganteranumab
Ganteranumab es un anticuerpo monoclonal que se administra por vía subcutánea, diseñado para identificar y unirse a formas agregadas de la proteína beta amiloide, incluyendo oligómeros, fibrilas y placas, y activar células inmunes en el cerebro (microglía) para limpiar las placas de amiloide y prevenir futuras acumulaciones.
- En noviembre de 2022 la compañía farmacéutica hizo públicos resultados negativos del ensayo en fase III del fármaco por ser menores a los esperados inicialmente.
Aducanumab
Aducanumab es un anticuerpo monoclonal humano que detecta y se une a los aminoácidos 3-7 de la proteína beta amiloide, reduciendo las placas de amiloide en el cerebro. Es un medicamento de administración por inyección intravenosa cada 4 semanas y requiere de pruebas de neuroimagen antes y durante el tratamiento.
- Es el primero de los medicamentos que podría haber llegado al mercado, ya que en Estados Unidos se aprobó en 2021.
- Meses después su comercialización en Europa fue rechazada y se anunciaron restricciones para su uso en Estados Unidos.
- En mayo de 2022 la compañía anunció que eliminaba la estructura comercial y sólo mantenía los programas de acceso a pacientes actualmente en tratamiento.
¿Qué suponen estos últimos avances en Alzheimer para la investigación?
Los últimos avances en Alzheimer que ofrecen estos ensayos ponen de manifiesto la relevancia de los biomarcadores para encontrar soluciones a esta enfermedad y la importancia de seguir investigando para mejorar su detección en la fase preclínica.
Es gracias al avance de la investigación que podemos hablar de un futuro manejo y abordaje del Alzheimer muy diferente al que teníamos hace 10 años.
Además, la eventual aprobación de este tipo de fármacos supondrá un reto para el sistema de sanidad público, puesto que requerirá dotar de recursos a las unidades especializadas en deterioro cognitivo con espacios habilitados para administrar los tratamientos y hacer un adecuado seguimiento clínico. Fuente de avances:
Si tienes preocupaciones sobre la demencia, te recomiendo buscar la orientación de un médico para una evaluación adecuada.
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